


Vacíos están tus corredores, que nostálgicos recuerdan multitudes alegres, pasando por tus patios y andenes, por ellos resuenan los ecos de grandezas pasadas, glorias antiguas, tendidos al sol quedan hoy, vestigios herrumbrosos, soportando la pátina de los años, sumergiéndose en el olvido, los ecos cada vez más distantes –Marcel